Boca de Cachón.- La alarma cunde entre los residentes de Boca de
Cachón, de la provincia Independencia, por la muerte masiva de peces y
otras especies, incluidos cocodrilos y flamencos, luego que fueran
envenenadas las aguas del lago Enriquillo.
La pesca se erige en una de las pocas fuentes de sustento de las
familias residentes en el entorno del acuífero que bordea terriotorios
de las provincias Barahona, Independencia y Bahoruco.
Se estima en alrededor de 300,000 las tareas de pequeñas propiedades
agrícola y ganadera anegadas por la crecida del cauce del lago, un
fenómeno que aun los técnicos no se ponen de acuerdo en una explicación
sobre las causas.
Los cadáveres de peces del tipo tilapia, jaibas marinas, cangrejos y
otros se observan en una cantidad inusitada a ambos lados del tramo
carretero Boca de Cachón-Jimaní, según el testimonio del pescador
Diógenes Pérez Cuevas.
“Ponen en peligro la fauna de la zona, ya que sacrifican los
cocodrilos y los sacan dentro de neumáticos viejos para confundir a las
autoridades del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales”, dijo
Pérez Cuevas.
El pescador Onésimo Batista dijo que hasta ahora se desconoce hasta
el momento la sustancia que los pescadores echan al las aguas para
atrapar con mayor facilidad las tilapia y guabinas, que son las que en
su mayoría se llevan.
Los crustáceos y otras especies, incluidas las de pequeño tamaño, son dejadas abandonadas en el lecho del lago o en las calles.
Algunos pescadores de Boca de Cachón dijeron que utilizan métodos
tradicionales para ejercer la pesca, básicamente para la subsistencia.
Destacaron que lo que sucede ahora debe llamar la atención de la
encargada de Medio Ambiente en Independencia, la ingeniera Teresa Gil y
al procurador de Medio Ambiente en Barahona, Bolívar D'Óleo Montero.