Aunque la joven ha sabido reconducir su carrera profesional tras más de 10 años interpretando a Hermione Granger -la erudita hechizera de 'Harry Potter'-, todavía recuerda con una mezcla de nostalgia y pavor aquella etapa de su vida en la que estaba completamente "desconectada del mundo" durante el rodaje de las ocho películas del famoso mago. Tal era la presión mediática y el exigente ritmo de al que todos se veían sometidos, que a la angelical intérprete no le extraña que sus directores acabaran "envejeciendo" prematuramente tras la dura jornada laboral.