El politólogo Luis Salamanca, aseguró que la tragedia incidirá especialmente en el "voto blando", del chavismo, el que tenía algunas dudas de seguir respaldando electoralmente la gestión del presidente Hugo Chávez, aunque en estos momentos no se sabría en qué magnitud los afectará.
"En materia de descuido, y de falta de mantenimiento y supervisión, el caso es la guinda de la torta. El ministro (de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez), y los directivos de la industria petrolera deberían haber renunciado ya", expresó.
Añadió que la gente se pregunta "en manos de quién estamos" y "quién está a cargo del país".
Por su parte, el analista político Nicmer Evans explicó que estamos en una circunstancia de alta sensibilidad electoral y que cualquier evento que suceda hasta el 7 de octubre se tratará de politizar y partidizar.
"El Gobierno está obligado a presentar resultados lo más pronto posible y que no quedemos en un vacío como ocurrió con lo de Cavim", precisó.
Aseguró que no estamos a tiempo de medir en forma directa el impacto. "Hemos estado advirtiendo sobre fenómenos como los de (la estación ferroviaria de Madrid, España) Atocha, y en el caso de Amuay hay un doble error, el de alguna falla en el sistema y el de no haber reforzado la seguridad".
Finalmente el psicólogo clínico César Landaeta expresó que lo de Amuay se suma a una cadena de tragedias ocurridas desde el deslave en Vargas (1999), lo que aumenta la ansiedad y la sensación de incertidumbre. Dijo que los medios de comunicación deberían tener una política hacia la integración, "de que somos un sólo país". "Va a afectar en la elección, aunque no en los que tienen posiciones fanáticas, porque tengo dudas de que vaya a salir la verdad".