Más de cuatro millones de pesos al mes se manejan en el negocio de recolección de materiales para reciclaje en el vertedero de Rafey, sin ningún tipo de regulación por parte de las autoridades municipales.
La clasificación de desechos, como plásticos, botellas, cartón, vidrio y neumáticos son un negocio para más de 3,000 buzos que desafían la contaminación en el vertedero que recibe más de mil toneladas de basura diariamente.
Los buzos están divididos en 35 puestos de recolección y búsqueda de materiales reciclables.
Dioni Peralta, dueño de un puesto de recolección de desechos, manifestó a elCaribe, que la venta colectiva de reciclados fluctúa entre uno y cinco millones de pesos semanalmente.
Regulaciones
Nelson Carela, director del vertedero, señala que trabajan con organismo internacionales como la Agencia de Cooperación Internacional (USAID), instituciones ecológicas de Europa y otras sociedades que promueven el reciclaje de basura para convertirla en energía.
Carela manifestó que el cabildo no tiene ninguna autoridad o punto de regulación con la gran cantidad de buzos que acuden al vertedero cada día,para ganarse el sustento.
Según la ingeniera Solanyi Inoa, el negocio de la recolección ha crecido en los últimos años y se han creado más de cinco asociaciones.
Manifestó que actualmente hay al menos 35 puestos informales, no regulados, donde los buzos se dedican a recolectar todo tipo de materiales para luego vender a compañías recicladoras que están fuera del rango de la autoridad de la alcaldía de Santiago.
En el año 2010, durante la gestión del alcalde reformista, José Enrique Sued, se inauguró dentro del vertedero una planta de reciclaje para el procesamiento de los materiales que recolectan los buzos, pero nunca ha funcionado.
Tanto Carela como los pequeños empresarios del reciclaje, dijeron a elCaribe que desaprensivos se robaron hasta los cables de las maquinarias, acto que implicó el abandono total de las instalaciones construidas para tales procesos.
En áreas cercanas a las oficinas encargadas de controlar la entrada y salida de camiones recolectores de basura, existen unos letreros que indican dónde va cada tipo de materiales recogidos en el vertedero.
Estos letreros, según informaciones ofrecidas por empleados del lugar, son usados para orientar a los buzos sobre la clasificación de los desechos reutilizables.
Elvis Rafael Martínez, uno de los dueños de puestos de recolección y compra de materiales, manifestó que cada día tiene en este negocio en el vertedero,unos nueve hombres que colectan materiales para su negocio.
Brooklyn, Manhattan y Nueva York chiquito son algunos de los nombres asignados al vertedero de Rafey para identificarlo.
Estos calificativos se deben a que los que acuden diario a este lugar, terminan siempre con algo en las manos.
“Algunas mujeres se la buscan escarbando ropas que luego lavan para vender al público”, apuntó Rafael Martínez, mientras explicaba cómo es el día a día de los que hacen vida en este gran depósito de basura.
Buzos no temen a la contaminación
La falta de un sistema organizado y adecuado en el vertedero de Rafey es un asunto de muchos años.
Los buzos señalan que a pesar de tanta contaminación y el peligro no sienten que deba corregirse nada, porque dicen se han acostumbrado al ambiente conscientes de que se exponen a enfermedades respiratorias y al alto nivel de contaminación en el lugar.
A pesar de esto, hay quejas de residentes del entorno que alegan que el desorden y la falta de seguridad le intranquiliza y denuncian altos niveles de contaminación.