Ambos hombres fueron arrestados hace una semana dentro de una lujosa residencia, construida en medio de la finca, que tiene unas 90 tareas, y otras instalaciones, como piscinas, terrazas de veraneo, casas para el uso de la servidumbre y almacenes para labores agrícolas.
El hallazgo del laboratorio subterráneo se produjo ayer, cuando dos agentes policiales y uno de los fiscales de San Cristóbal, encargados de la custodia del inmueble, notaron que en una zona alejada de la mansión la tierra se hundía facilmente y descubrieron un falso piso de madera, entre grandes matas de mangos, aguacates y otros frutales.
El jefe policial, que inspeccionó el lugar en Sabana Toro, de Villa Fundación, junto a la procuradora fiscal de San Cristóbal, Diomeris Soto Valdez, dijo que se incautaron más de 230 kilos de pasta base con los que se podrían fabricar unos 2,000 kilogramos de clorohidrato de cocaína, es decir, la droga lista para el uso de los consumidores.
Por igual, fueron decomisados decenas de tanques, cubetas y cajas con parafernalia, como acetona, amoníaco, sustancias para diluir la potencia de la pasta y aumentar la cantidad, plásticos y cinta pegante para empacarla, moldes, prensas hidráulicas y hornos microondas para secar el material luego de prensarlo.
Un equipo especial de la dirección Central Antinarcóticos de la Policía (DICAN), bajo el mando del coronel Carlos Fernández Valerio, dirigió el asalto del viernes 22 de agosto en la finca donde se hallaba el laboratorio, procediéndose a la detención de los dos colombianos, que supuestamente eran los encargados de instalar técnicamente el equipo y el material de la fábrica, mientras otros escaparon.
La fábrica, donde se habrían procesado más de 7 mil kilos de cocaína y cuya ubicación había sido protegida por todo tipo de medidas de seguridad, contaba con más de una toneladas de productos químicos a utilizar como precursores.