MONTREAL. AFP. El asesinato en Montreal de dos allegados a un líder mafioso preso confirman los pronósticos de expertos tras el regreso a la ciudad de un conocido padrino del hampa canadiense: la guerra por el poder en el submundo local ha estallado.
Los hombres asesinados con 11 semanas de diferencia, uno el martes pasado y otro a principios de noviembre, eran socios de Raynald Desjardins, recluido en una prisión canadiense de máxima seguridad. El capo que regresó, recién liberado de una cárcel en Estados Unidos, es Vito Rizzuto, miembro destacado de la mafia siciliana en Canadá.
Según los expertos, Desjardins, un exaliado de la Familia Rizzuto, traicionó al clan para quedarse con el control del narcotráfico y otras actividades ilícitas.
El cuñado y socio de Desjardin, Gaetan Gosselin, estaba caminando la noche del martes a su casa en el norte de Montreal, cuando le dispararon a quemarropa y murió. El ataque fue un calco de la emboscada a principios de noviembre en la que murió otro cuñado de Desjardins, Joseph "Joe" Di Maulo, en el estacionamiento de su residencia.
Los dos homicidios, así como los asesinatos de varios secuaces de menor jeraquía, tuvieron lugar poco después del regreso a Canadá, en octubre, de Vito Rizzuto. Rizzuto volvió a casa tras de cumplir seis años de una condena de 10 años en una cárcel estadounidense por su papel en los asesinatos, en 1981, de tres miembros de la familia Bonanno, un prominente clan mafioso de Nueva York.
Como jefe de la mafia de Montreal durante un cuarto de siglo antes de su arresto, Rizzuto dirigió con mano dura el lucrativo tráfico de cocaína colombiana en Canadá y Estados Unidos.
Pero mientras estuvo preso, su clan en Montreal enfrentó retos mortales de nuevos rivales. Al final, la Familia Rizzuto fue diezmada en su lucha por mantenerse en el poder.
Nick Rizzuto, el hijo de don Vito, fue asesinado a tiros en una calle de Montreal a plena luz del día. Después, el anciano patriarca Nicolo Rizzuto, padre de don Vito, fue muerto a tiros a través de una ventana de su casa. Más tarde fue el turno del cuñado y confidente de don Vito, Paolo Renda, quien desapareció en mayo de 2010. Todo indica que lo mataron pero su cuerpo no ha sido encontrado.
Ahora el ajuste de cuentas parece ser inevitable. Los acontecimientos de los últimos meses "tienen por objeto restablecer el equilibrio" que cambió con la masacre de los miembros del clan Rizzuto durante la ausencia de su líder, explicó el experto en crimen organizado, Nicaso Antonio.
Más muertes por represalias. Raynald Desjardins, otrora mano derecha de Vito Rizzuto, parece estar a salvo en la prisión Riviere-des-Prairies, en Montreal, a la espera de ser juzgado por el asesinato de su rival Salvatore Montagna, cuyo cuerpo acribillado a balazos fue sacado el 24 de noviembre 2011 del río Assomption, al noreste de Montreal.
Pero André Cedilot, coautor de un libro sobre la mafia de Montreal, cree que habrá más muertes por represalias. Según él, probablemente sean asesinadas otras seis o siete personas, consideradas "leales a Desjardins o traidores a los ojos de Rizzuto".
Buscando mantener un bajo perfil desde su salida de la cárcel, Vito Rizzuto, de 66 años, viajó la semana pasada a República Dominicana, al parecer a disfrutar de unas vacaciones.
Pero los expertos no creen, dados los últimos acontecimientos, que tenga intención de abandonar la vida criminal para jubilarse al sol. "Volverá", dijo Nicaso. "No puede librar una guerra desde lejos si quiere retomar el control de Montreal".
Sin embargo, de hacerlo, Rizzuto y sus negocios ilícitos serán observados al detalle: el capo ya ha sido citado a declarar en una investigación sobre corrupción. La comisión presidida por la jueza de la Corte Superior de Justicia de Quebec, France Charbonneau, investiga la presunta corrupción, manipulación de licitaciones y sobornos en la adjudicación de contratos de construcción del gobierno en la provincia canadiense.
Hay testimonios de que ejecutivos de la construcción, en connivencia con burócratas y políticos corruptos, se confabularon con la mafia para malversar fondos públicos.
Cintas de video de vigilancia policial federal y escuchas telefónicas mostraron a esos ejecutivos entregando grandes sumas de dinero al padre de Rizzuto y a otros mafiosos. Según supo la comisión, el clan Rizzuto recibió el 2,5% de todos los contratos de obras públicas de la provincia de Quebec.
Un exmagnate de la construcción también testificó que el propio Rizzuto llegó a mediar en un conflicto entre ejecutivos de la construcción por un contrato de transporte de Quebec.
"La mafia no sólo se dedica a la extorsión y al tráfico de drogas", señaló Nicaso. "También se ha infiltrado en la política y en las finanzas".