El embajador James W. Brewster declaró que Estados Unidos está satisfecho con el Plan de Regularización de Extranjeros que está implantando el Gobierno dominicano en cumplimiento de la sentencia del Tribunal Constitucional.
Brewster dijo que el plan debe ser exhaustivo y global, que reconozca los derechos humanos de los inmigrantes. Declaró su convencimiento de que el Gobierno dominicano está seriamente comprometido con el mismo.
“Estados Unidos está complacido con los avances del Gobierno en la solución del problema. La idea es apoyar al Gobierno dominicano para que todos aquellos que deban acogerse al plan sean tratados con justicia”, expreso.
En ese sentido, saludó el diálogo que se ha abierto entre Haití y República Dominicana. Dijo que su país ha alentado las conversaciones. El embajador hizo sus declaraciones en su residencia, durante un desayuno con directores de periódicos.
Las relaciones entre Haití y República Dominicana se volvieron tensas después que se produjo la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional.
Inmediatamente, el Gobierno haitiano inició una campaña internacional sobre supuestas violaciones de los derechos de ciudadanos de ascendencia haitiana.
Sin embargo, los países bajaron las tensiones después del encuentro en Juana Méndez, Haití.
El embajador Brewster recibió a los directores de medio de buen ánimo. Rememoró sus vínculos con la República Dominicana, desde hace diez años, y más recientemente, cuando decidió adquirir una vivienda en el país.
Dijo que Dominicana es su segundo hogar. No ocultó sus simpatías con los Leones del Escogido y dijo que está estudiando con empeño para aprender el español y comunicarse mejor con los dominicanos.
Ya en la formalidad, introdujo el diálogo resaltando que Estados Unidos y su presidente Barack Obama son abanderados de la libertad de expresión.
Comunicó el interés norteamericano en proseguir los programas de apoyo de la inversión, a la educación, el desarrollo de la energía limpia, como el gas natural y otras fuentes no convencionales, y avanzar en el fortalecimiento del proceso de desarrollo para que República Dominicana sea más segura para los miles de turistas que la visitan, para los negocios y para los propios dominicanos.
Derechos y extradición
Fue enfático y persistente en expresar el interés norteamericano por la defensa de los derechos humanos. “Es un interés fundamental”, dijo, “para ambos países”. Explicó que para Estados Unidos es importante la revisión del tratado de extradición, porque es crucial para llevar a las cárceles a los delincuentes.
Dijo que hay una clara apertura para renegociar el tratado. Ha llegado el momento de actualizarlo para que los grandes criminales rindan cuenta en Estados Unidos por sus delitos. Y en tal sentido, expresó la disposición de contribuir para que la justicia dominicana también pueda aplicar el peso de la ley a los delincuentes. Para que la justicia dominicana tenga mejores instrumentos para procesar a los criminales.
Haitianos ilegales
Interrogado sobre los haitianos que utilizan a República Dominicana para llegar a Puerto Rico, dijo que Estados Unidos trabaja para tratar de disuadir a potenciales viajeros.
Hacerlos entender de las reales circunstancias que les esperan en territorio norteamericano, desde el punto de vista de su permanencia.
Expresó que su país conversa con los gobiernos de la isla para superar este tipo de problemas, porque una isla fuerte es mejor a una isla débil. Y con el concurso de los gobiernos se ayudaría a que no se produzca la migración ilegal.
Entonces, un director de diario le observó que sí, una isla fuerte, desarrollada, pero “dividida”, es decir, ellos allá y República Dominicana aquí.
Pero el embajador Brewster observó que República Dominicana es líder en muchas formas en el Caribe y el continente, y debe seguir progresando para que nadie sea marginado, porque es mejor una isla fuerte, a una isla dividida. Dijo que hay países que desean contribuir para que sea una isla fuerte.
Expresó que su país impulsa la recuperación de Haití. Ha dispuesto 3 mil millones de dólares, porque esa nación merece un ambiente próspero en el que su gente pueda vivir.