viernes, 26 de octubre de 2012

Autopsia confirma ex senador y ex gobernador de El Seibo se suicidó


El informe emitido por el Instituto Nacional Ciencias Forenses (INACIF) sobre las circunstancias de la muerte del ex senador y ex gobernador de El Seibo, Geraldo Apolinar Aquino Álvarez, precisa que murió de manera suicida al dispararse a la cabeza, la mañana del pasado día 14 del presente mes en una oficina de abogado de su propiedad, ubicada en la calle Palo Hincado, número 47, sector El Retiro.

La opinión de los expertos en la materia es sustentada en las evidencias recolectadas y sometidas al análisis científico, así como la autopsia realizada al cadáver, ambos a cargo del INACIF. La autopsia practicada por el INACIF al cadáver del señor Aquino Álvarez está marcada con el número A-205-12, de fecha 14 de octubre.

De acuerdo al informe, el señor Aquino Álvarez se suicidó con el revólver marca Charter, calibre 38, cañón corto, número 9776988, encontrado en la escena, propiedad del señor Bienvenido Alberto Mejía Martínez.  El lugar debió ser abierto al derribar una puerta ya que se encontraba cerrado por dentro.

El informe fue presentado por el general Manuel Castro Castillo, director Regional Este, con siento en La Romana, y el fiscal de El Seibo, Enrique Estévez de León, en rueda de prensa celebrada en el Salón de Acto del Ayuntamiento.

Los resultados de la experticia demuestran que la escena fue contaminada de manera accidental por la esposa, familiares, amigos y curiosos, lo cual se evidencia con las huellas plantares de la señora Luz María Santana Herrera, esposa del hoy occiso, quien tras derribar una puerta, con ayuda de dos vecinos, penetró al lugar y abrazó el cuerpo “porque todavía se movía” de acuerdo a su versión.

En esta circunstancia, la señora Santana Herrera, movió el cuerpo de su esposo hacía ambos lados, precisando que el revólver antes descrito no estaba en la posición que fue levantado y fotografiado, sino entre las piernas con el cañón hacía arriba.  Tras esa acción, la señora Santana Herrera regresó a su casa y  el cuerpo se quedó sólo, lo que permitió la entrada la entrada a la escena de curiosos, antes de la llegada de las autoridades.

Mediante el certificado número BF-0064-2012, expedido por José Francisco Corniel Cruz, del INACIF, precisa que la experticia balística realizada al dorso de la mano derecha y en la camisa del hoy occiso, al ser sometido al examen químico se pudo detectar la presencia de residuos de pólvora. También su mano derecha presenta lo que los peritos denominan “espasmo cadavérico”, ósea que conserva la forma de empuñadura del revólver y el dedo índice tiene la forma de haber apretado el disparador.

Los investigadores, al conocer estos detalles, opinan que a la llegada de la señora Santana Herrera a la escena el señor Aquino Álvarez todavía tenía el arma en las manos.

En tanto que una prueba forense realizada al señor  Bienvenido Alberto Mejía Martínez arrojó que no detectó la presencia de residuos de pólvora, conforme el certificado número BF-0065-2012, expedido por Corniel Cruz, del INACIF. La experticia balística realizada al referido revolver, a un proyectil y dos casquillos encontrados en la escena, arrojó que había sido disparado de manera reciente.

En los resultados de la autopsia se precisa que a simple vista aparenta que el cadáver presenta una sólo herida causada por la salida de un proyectil, pero en los resultados obtenidos se pudo comprobar que los dos proyectiles “entraron por el mismo lugar”, pero realizaron dos orificios con trayectorias diferentes.

Además se pudo contactar que uno de los proyectiles se quedó alojado en la cabeza “cara inferior del lóbulo temporal derecho”, siendo recuperado durante la autopsia.

Por lo que la causa de la muerte, de acuerdo al INACIF, fue otro disparo con entrada y salida en la región auricular izquierda, cuyos efectos tuvieron una naturaleza esencialmente mortal.

En el proceso investigativo fueron interrogadas 18 personas, entre ellas testigos oculares y presenciales, así como cuestionados familiares, relacionados y un médico  psiquiatra que certificó que el hoy occiso se encontraba padeciendo de una depresión profunda, por lo cual recibía atenciones médicas e ingiriendo medicamentos recetados, que no le permitían comer y casi no dormir durante la semana del hecho.