CANNES, FRANCIA.- El Festival de Cannes
sigue huérfano. Aún no aparece la película que digas, esta sí, este es
el premio, la Palma de Oro, por encima de todas. El año pasado
sobresalió "Amour", de Haneke, luego premiada en los Oscar, una
exploración profunda sobre la tercera edad, la soledad, la solidaridad y
el amor. Aunque tampoco fue una película tan abrumadora como "The
Artist", de Hazanavicus, hace ya dos años. La que el público busca
afanoso este año, aún no parece haber salido.
"Jeune et jolie", de Francois Ozon, está bien, pero no es para tanto; "Heli", del mexicano Amat Escalante es larga, tediosa y cruel; "Le Passé", de Asghar Farhadi se torna reiterativa; a "A Touch of Sin", del chino Jia Zhangke, le falta coherencia entre las cuatro historias y le sobra sangre torentina; "Jimmy P.", de Arnaud Desplechin, con Benicio del Toro, es sencillamente decepcionante; "Inside Llewin Davis", de los hermanos Cohen, es una pérdida de tiempo; "Borgman", del holandés Alex van Wardermam, es interesante al principio y luego se torna otra pérdida de tiempo; "Shield of Straw", del japonés Takashi Miike, él mismo acaba de reconocer que no se merece la Palma de Oro... aunque está en competencia. La única que se salva, hasta ahora es la sencilla "Like father, like son", del también japonés Kore-eda Hirokazu, una historia de una familia ideal que descubre que le han cambiado a sus hijos y que se convierte en una interesante indagación acerca de los valores familiares. A mitad de camino en la Sección Oficial aún hay firmas que pueden dar una sorpresa, como Polanski o Payne.
Soderbergh y Sorrentino ya han pasado.
"Jeune et jolie", de Francois Ozon, está bien, pero no es para tanto; "Heli", del mexicano Amat Escalante es larga, tediosa y cruel; "Le Passé", de Asghar Farhadi se torna reiterativa; a "A Touch of Sin", del chino Jia Zhangke, le falta coherencia entre las cuatro historias y le sobra sangre torentina; "Jimmy P.", de Arnaud Desplechin, con Benicio del Toro, es sencillamente decepcionante; "Inside Llewin Davis", de los hermanos Cohen, es una pérdida de tiempo; "Borgman", del holandés Alex van Wardermam, es interesante al principio y luego se torna otra pérdida de tiempo; "Shield of Straw", del japonés Takashi Miike, él mismo acaba de reconocer que no se merece la Palma de Oro... aunque está en competencia. La única que se salva, hasta ahora es la sencilla "Like father, like son", del también japonés Kore-eda Hirokazu, una historia de una familia ideal que descubre que le han cambiado a sus hijos y que se convierte en una interesante indagación acerca de los valores familiares. A mitad de camino en la Sección Oficial aún hay firmas que pueden dar una sorpresa, como Polanski o Payne.
Soderbergh y Sorrentino ya han pasado.