SANTO DOMINGO. La acelerada tendencia alcista que en los últimos días ha experimentado el tipo de cambio del dólar que llevó la tasa de cambio a niveles de RD$43.10 por US$1, ayer jueves comenzó a ceder, y la compra de US$1 se cotizó a RD$42.45, y la venta, a RD$42.98.
Esto, no obstante a que las restricciones a la venta de dólares vía ventanilla de los bancos permanece vigente en algunas de esas instituciones financieras, y en el mayor de los casos, la cantidad permitida para la compra era de US$5,000, según monitoreo realizado por DL entre bancos y entidades de intermediación financiera.
La respuesta del mercado llega un día después de que el gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, anunciara un conjunto de medidas para intervenir el tipo de cambio, y evitar que su volatilidad se tradujera en los precios de los productos, aumentando la inflación.
Las medidas anunciadas, se recuerda, consistieron en un aumento de la tasa de interés de referencia,la colocación de certificados para la regulación monetaria y el uso de las reservas internacionales.
Reacciones
Las reacciones de analistas económicos y representantes de sectores productivos han sido variadas. Algunos califican las medidas como tardías. Otros estiman que llegaron a tiempo. Sin embargo, donde todos concuerdan es en que son dolorosas e impactarán la economía. La mayoría de las reacciones surgieron ayer, durante un evento organizado por el Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) realizado en el hotel El Embajador.
La vicepresidenta de la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), Circe Almánzar, indicó que el Gobierno no tenía otra opción que tomar ante el nerviosismo del tipo de cambio.
Advirtió la desaceleración que tendrán los ajustes en la economía, "que ya venía sintiendo niveles de crecimiento muy bajos, y en algunos sectores decrecimientos, como el caso de la industria, donde las ventas habían caído un poco".
"Es una medida prudente para evitar que se incrementen los precios, pero hay que prepararse, porque no ha habido la reactivación que se supone que tendría las medidas que tomó el Banco Central con la liberación del encaje legal", indicó.
Antonio Cruz Rojas, presidente del Consejo Nacional de Comerciantes y Empresario (Conacerd) juzgó la medida de controlar la tasa del dólar como favorable, pero tardía.
"Se ha hecho justo en el momento en que la tasa del dólar se ha ido disparando, no obstante a que se está resolviendo un problema por un lado, es probable que se paralice el costo del crecimiento de la tasa de cambio, pero se va a constreñir más el circulante", declaró.
Sin embargo, Pedro Brache, presidente de la Cámara Americana de Comercio (AmchamDR) consideró que las medidas evitaron que los precios de los alimentos experimentaran alzas, "ya que muchas empresas estaban estudiando la posibilidad de aumentar sus precios en esta próxima semana, debido a que tenían que reponer inventarios que habían comprado en dólares de su materia prima para elaborar sus productos, y tenían que hacerlo ya con tasas muchos más altas de lo que habían presupuestado para su reposición de inventarios".
Más drástica fue la reacción de la Asociación de Jóvenes Empresarios (Anje), que en un comunicado, declaró que en los últimos tres meses el Banco Central tomó medidas que dieron prioridad al crecimiento económico sobre la inflación.
Por tanto, entienden que el cambio de esta prioridad, antes de que surtan efecto las medidas tomadas, "envía una señal descoordinada que afecta el clima de negocios y las decisiones de inversión".
Los exportadores integrados en la Asociación de Exportadores (Adoexpo), en voz de su presidente, Kai Schoenhals, estimaron que lo más importante debe ser evitar la desaceleración de la economía.
Y en la misma línea, el representante del sector construcción, Fermín Acosta, presidente de la Asociación de Constructores y Promotores de Vivienda (Acoprovi), mostró preocupación, al explicar que, aunque necesarias las medidas, el Gobierno tiene que evitar que las distorsiones frenen el ritmo de la economía, especialmente el del sector que representa que tuvo una participación especial en los fondos del encaje legal liberados recientemente, pero que, según explicó, no se llegó a sentir en la totalidad del sector. Por ende, pudo ser mayor.