JIMANÍ. Los temblores de tierra que se han producido esta semana en toda la provincia Independencia, al sur del país, han creado un nivel de alarma tan elevado en la población que por momentos muchas personas se resisten a permanecer en sus hogares.
La ocasión más reciente en la que se produjo el fenómeno fue la noche de martes, creando preocupación en comunidades donde la gente no encuentra una explicación científica a los “remeneones”. El martes, la tierra tembló siete veces en las comunidades Poster Río, La Descubierta, Duvergé y Jimaní, entre otras localidades.
“No sabemos lo que está pasando, pero es una situación extraña, incluso, aquí nos hemos atrevido a atribuir esa situación al mismo problema que ha provocado el lago Enriquillo, cuyas aguas han arropado ya la agricultura y una amplia porción de terreno de la comunidad Boca de Cachòn”, expuso a elCaribe Francisco Peña, relacionista público de una de las juntas municipales de la provincia. La percepción de Francisco no es única. Como él, muchas otras personas piensan lo mismo. Y razones tienen, según aseguran.
Un equipo del periódico elCaribe se encuentra por la parte sur del país realizando algunos trabajos. Por cada uno de los puntos donde se mueve hay un tema que parece común: “La tierra le ha dado con temblar mucho por aquí y eso no parece normal”, sostienen.
De hecho, en la alcaldía de Jimaní el tema ha sido mencionado, pero en este caso, quienes lo tocan no son tan ligeros al hablar como la población común y por tanto se cuidan de atribuir los temblores a una o a otra cosa.
En uno de los negocios hoteleros que funcionan en Jimaní, Juan Bautista y Susana Bazile están bien enterados de los temblores de tierra porque la última noche que se produjeron lo sintieron. “Eran muy fuertes, eran extraños. Nosotros pocas veces habíamos sentido esos remeneones así”, indicaron.
En otra parte del municipio de Jimaní, Miguel Cela y Guillermo Méndez muestran su preocupación a cada instante. Hasta ellos llegan los amargos recuerdos de la tragedia de hace unos años acabó con la vida de cientos de personas en el sector La 40 de Jimaní. “No se trató de una tragedia provocada propiamente por temblores de tierra, pero igual fue un hecho lamentable”, sostienen.
Lo que quieren decir es que la población no ha logrado recuperarse de aquel episodio y por tanto, cualquier evento que se presente los coloca en una situación sensible. “Aquí la vida de las personas quedó muy marcada, uno vive con temores permanentemente”, dijo Cela.