BELO HORIZONTE, Brasil (AP) — Las autoridades esperan que unas 100.000 personas salgan el miércoles a las calles de Belo Horizonte para protestar por el costo del Mundial y exigir mejores servicios públicos, antes del partido entre Brasil y Uruguay por las semifinales de la Copa Confederaciones.
El gobierno local decretó un día feriado en Belo Horizonte, y las autoridades dijeron que esperan enfrentamientos con los manifestantes.
Belo Horizonte fue escenario de algunos de los enfrentamientos más violentos entre policías y manifestantes desde que el país ha sido arropado por una ola de manifestaciones que exigen mejor educación, transportación y servicios de salud.
No hubo manifestaciones importantes en la ciudad el martes, pero algunos grupos bloquearon tres carreteras principales.
El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, estará en Belo Horizonte el miércoles. El organismo rector del fútbol mundial indicó que la seguridad se aumentó debido a las protestas, pero no se sabe si habría algún cambio en Belo Horizonte por la presencia de Blatter.
La FIFA no respondió de inmediato a las llamadas de la AP.
"Favorezco las protestas", dijo el martes el delantero de la selección brasileña Fred. "La gente merece cosas mejores. Pero tienen que hacerse sin violencia y sin vandalismo. Ojalá las manifestaciones de mañana sean pacíficas, sin enfrentamientos con la policía".
Los manifestantes han salido a las calles de ciudades en todo el país para quejarse por muchos problemas, incluyendo el alto costo de organizar el Mundial del próximo año y los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro.
Las protestas se han tornado violentas antes y durante varios partidos de la Confederaciones, entre ellos en Brasilia, Río, Salvador y Fortaleza.
El sábado, la policía calculó que unas 60.000 personas se reunieron en una plaza en Belo Horizonte antes de marchar al estadio Mineirao antes del encuentro entre Japón y México. La policía antimotines disparó balas de goma y lanzó gas lacrimógeno contra los manifestantes.
El gobierno brasileño calcula que gastará unos 13.300 millones de dólares en estadios, renovación de aeropuertos y otros proyectos de infraestructura para la Copa del Mundo, incluyendo unos 3.500 millones en las 12 sedes de partidos.