NUEVA YORK._ Rafael Sosa, un maestro dominicano de 30 años que había sido absuelto previamente de los cargos de violación y abuso sexual contra una de sus estudiantes de nueve años, fue condenado ayer a un año de prisión por poner en peligro el bienestar de la menor.
La niña leyó una declaración conmovedora en la audiencia, celebrada en la Corte Suprema Estatal en Manhattan, minutos antes de que el profesor dominicano fuera condenado a la máxima pena que contempla la ley por el referido delito.
Sosa había sido acusado por la madre de la niña de violación sexual y se enfrentó a un juicio del que salió airoso porque el jurado lo absolvió de los cargos criminales que pudieron haberlo enviado detrás de las rejas por décadas y lo descargó de las acusaciones criminales.
Pero la alegría del educador dominicano duró poco y no pasó de ayer miércoles, cuando el juez A. Kirke Bartley, conmovido por la declaración de la niña que estaba acompañada por su madre lo condenó al año en los barrotes.
"La última vez que me tocó yo lloré porque me dolía mucho. Es un monstruo malvado y feo y debe ir a la cárcel por largo tiempo", reveló la niña en la declaración.
La niña era estudiante de Sosa en el tercer grado de la Escuela Pública 208 en Harlem. El maestro leyó un breve comunicado antes de ser sentenciado.
"Estoy sinceramente apenado por todo esto. Respeto la decisión del jurado y espero que usted, señor magistrado, tendrá un poco de misericordia", dijo Sosa.
"Este tipo de casos genera uno de los mayores temores en los padres. La magnitud de la violación de la confianza a un servidor público, demanda una condena mayor", respondió el juez.
La Fiscal Adjunta Colee Walsh pidió la pena máxima para Sosa y dijo que el convicto se aprovechó de su posición en la escuela para acercarse y tratar de seducir a la niña.
Sosa enviaba e-mails a la menor en los que le hablaba de amor en mensajes como "Te amo, te extraño y mi corazón te pertenece a ti". La fiscal añadió que "esos correos electrónicos, hablan de una relación de intimidad y de amor romántico y yo incluso, diría de una relación sexual".
El abogado del maestro, Jonathan Sims describió al sentenciado como un profesor prestigioso que se equivocó en sus intentos de ayudar a la niña.
"Este es un maestro entusiasta que estaba haciendo lo mejor posible a favor de la familia de la niña, pero su esfuerzo fue tirado por la borda", agregó el jurista.
Sosa fue esposado y conducido inmediatamente por oficiales de la corte a la cárcel de Rikers Island (Queens) donde purgará la condena. Sus familiares irrumpieron en llanto.