Ángel Taveras, hijo de inmigrantes dominicanos, sabía que heredaría finanzas deprimentes cuando asumió el cargo como el primer alcalde hispano de Providence en enero de 2011, por eso se acercó a los líderes sindicales inmediatamente después de su elección con un mensaje enfocado en preparar el terreno para futuras concesiones: voy a necesitar su ayuda.
Resultó que necesitaba mucha más ayuda de la que pensó. Taveras pronto supo que la capital de Rhode Island enfrentaba un déficit peor al calculado de 110 millones de dólares al que calificó como “huracán fiscal de categoría 5” y advirtió que podría declarar al municipio en bancarrota.
A poco más de la mitad de su mandato, el demócrata de 42 años y posible candidato a gobernador en 2014, ha retirado a la ciudad del borde del precipicio en un estado que ha batallado por años con una de las tasas de desempleo más altas de EEUU.
Recortó el gasto casi en todas las oficinas de la ciudad, cerró escuelas, eliminó 200 empleos del gobierno local y elevó impuestos y cuotas. Sacó millones más de pagos voluntarios de las organizaciones de la ciudad que están exentas de impuestos, incluyendo la Universidad Brown y sus sistemas hospitalarios. Además negoció acuerdos con sindicatos y jubilados para lograr la impopular medida de congelar por una década las pensiones y aplicar otros cambios para ahorrar en prestaciones, esquivando un costoso litigaio.
La juez de la Corta Superior, Sarah Taft-Carter determinó en marzo que los acuerdos que alcanzó la ciudad con los sindicatos y jubilados son justos y responsables, y se espera que el tribunal de su aprobación final el 12 de abril.
Taveras ha ganado reconocimiento por reformar las pensiones, permitiendo que la ciudad reduzca su carga incosteable de pago en 178 millones de dólares, desde más de 900 millones, que junto con los cambios en Medicare, Providence está ahorrando 18,5 millones de dólares del actual año fiscal.