El abordar el tema de la Policía Nacional , es una tarea
muy difícil, para quien suscribe, sobre todo, porque en los primeros años de
ejercicio periodístico, debimos cubrir esa fuente, en momentos de grandes
dificultades para el país.
Antes se hablaba con dureza sobre la presión policial de entonces, pero
se tenía la certeza de que los agentes actuaban a solicitud de los ciudadanos y
tenían otro valor.
Los tiempos han pasado, la profesionalización
de la oficialidad es un hecho. Sin embargo, la Policía de Hoy no es ni
sombra de lo que era. Hoy son, con honrosas excepciones, burócratas de los
cuartes y mercenarios ocasionales.
Es decir, que el buscar la colaboración de un agente, no importa el
rango, es pagar un servicio, porque de lo contrario ni caso te hacen. Los fines
de semana no hay oficiales de servicio en los cuartes, el ejecutivo toma
vacaciones y el jefe del área solo aparece por la flota, si el caso es
considerado por quien está de descanso en el destacamento.
El caso más reciente de mi examen, previo a producir este escrito, se
verificó en Las Caobas, cuando acudimos en busca de cierto apoyo ante una
persona que nos amenazaba y la respuesta
con traje de desidia no esperó.
Recibido afuera, no en oficina, donde los
agentes reposaban, un teniente comenzó a escucharnos mirando hacia otro lado y,
de repente nos dejó con la palabra en la boca y se marchó a otra cosa.
Ante nuestra impotencia, entró una persona
vestida de civil que se identificó como capital, pero siempre fuera de oficina.
Lo primero que se le ocurrió fue indagar de qué región del país proveníamos,
entre otras tonterías más, como es el caso de educarnos sobre lo que como
abogado sabemos hacer.
Decidimos abandonar el escenario
repleto de impotencia y dejar al presunto oficial coreando consignas cargadas
de insultos y suposiciones. Yo ahora ratifico que esta no es la policía que
prefiero, que la vagancia debe terminar en los cuarteles.
Y como yo mucha
gente se pregunta, también lo hago: ¿vale la pena acudir a la policía en caso
de emergencia? ¿Son los agentes reales auxiliares de la justicia o burócratas
de los cuartes? ¿Está el buen jefe de policía actual consciente de lo que
ocurre en su entorno? ¿Será esta la causa de la falta de fe del ciudadano en lo
que antes era la fuerza del orden?
El autor es abogado y periodista.