ASUNCION, Paraguay.- La crisis política paraguaya que culminó este viernes con la destitución del presidente Fernando Lugo tiene sus raíces en el débil apoyo con el que éste contó desde que asumió el poder en 2008.
La elección de Lugo fue vista como un triunfo de la izquierda tras seis décadas de dominio político del Partido Colorado, pero el presidente debía gobernar sin mayoría parlamentaria, con el apoyo de una diversa coalición de partidos.
Su principal socio, el Partido Liberal del vicepresidente Federico Franco, con el que existen grandes diferencias ideológicas, se distanció pronto del presidente.
Desde el principio, a Lugo se le vinculó con el discurso izquierdista de otros gobiernos latinoamericanos como Venezuela, Ecuador o Bolivia, según le explica el columnista del diario ABC Color Alcibiades González.
Los grandes productores y terratenientes temían una redistribución de tierras, una promesa electoral de Lugo, pero con su escaso apoyo parlamentario tenía poca capacidad para emprender una reforma de ese calado, según González.
El analista agrega que aunque Lugo tuvo un discurso cercano a los pobres, no consiguió poner políticas que realmente les favorecieran y redistribuyeran la riqueza en un momento de gran crecimiento económico para el país.
Detonante
Los enfrentamientos entre policías y campesinos de hace una semana, que se saldaron con 17 muertos, han servido de detonante para la crisis.
Críticos de Lugo le han acusado de simpatizar con los campesinos que ocupaban unos terrenos de un senador del conservador Partido Colorado.
Tras el incidente, el Partido Liberal exigió la salida del gobierno de Lugo y se sumó al pedido de juicio político que había hecho el Partido Colorado.
Algunos analistas han señalado que la posición adoptada por el Partido Liberal llega a destiempo, cuando solo faltan diez meses para las próximas elecciones presidenciales.
Según la analista Milda Rivarola, la ruptura de los liberales se explica porque necesitan presentarse a las elecciones como partido opositor.
"El Partido Liberal se siente incómodo en la alianza de Lugo y creen conveniente distanciarse cuanto antes para competir con el otro gran partido de Paraguay, el Colorado", dice Rivarola, historiadora y socióloga que fue candidata a canciller del gobierno de Lugo, pero declinó la postulación.